A finales del año 2019 se detecta un nuevo virus en Asia, al que se denomina COVID-19. En ese momento nadie entendía su real propagación y afectación a nivel mundial, hasta ser declarado Pandemia por la OMS semanas después.
Como punto de partida, vimos a China establecer acciones radicales como el aislamiento social, confinamiento domiciliario y restricción a la libre movilidad a sus habitantes, situación que se vería replicada en cada país donde se encuentra incursionando el mencionado virus, y nos pareció exagerado en ese momento. Es preciso destacar lo manifestado por un joven líder Latinoamericano, el presidente de El Salvador, Namibia Bukele: “Cualquier medida que tomemos ahora parecerá exagerada; pero cualquier medida que queramos tomar después será insuficiente. No perdamos más tiempo. Cada hora cuenta.” Estas medidas radicales, que ahora se aplican a nivel generalizado, nos privan de nuestros derechos a la libre movilidad y asociación, y se agravan con incertidumbre generalizada entre la población.
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